sábado, 29 de enero de 2011

Capítulo final: Una bonita historia

Kasimiro salió de la comisaria y Luna le esperaba fuera, muy contenta, pero por otra parte los dos estaban triste por el fallecimiento de la mama de Kasimiro. Cuando Kasimiro se acercó a Luna la dijo unas bonitas palabras.
“Me has cambiado Luna, has sido lo mejor que he encontrado en toda mi vida, y quiero ser tu novio, yo creo que podemos ser muy felices juntos si te quedas conmigo aquí en casa, tu me haces ser mejor persona, y contigo todo será diferente en mi vida, eso sí, tendrás que aceptar a mis Pokemon, que yo les quiero mucho”, entonces Luna sonrió y dijo, “Claro que quiero estar contigo Kasimiro, además mira lo que te he comprado”, y Luna saco un regalo del bolso, Kasimiro lo abrió y era el Pokemon Negro, Kasimiro se puso a llorar y empezó a besarla sin parar. Luna miró a Kasmiro y le dijo, “Te quiero” y Kasimiro respondió, “Yo también te quiero”.
Kasimiro y Luna llegaron a casa y ahí empezó su relación, relación muy feliz, además Luna aprendió a jugar a los pokemon y se los intercambiaban, hacían una pareja muy bonita, Kasimiro parecía otra persona, mucho mejor, eso sí, los amigos frikis de Kasimiro iban de vez en cuando, y aunque Luna ya les estaba cogiendo cariño todavía se sentía un poco molesta cuando se asomaban por la puerta del baño mientras ella se duchaba.

Capítulo 8: Alegría y tristeza

Con los tres en la habitación Rigobertín comenzó a examinar a la madre de Kasimiro, pero era un examen un poco raro y Kasimiro y Luna se dieron cuenta, entonces de forma un poco grosera Kasimiro le dijo al doctor Rigobertín, “oiga doctor, ¿es necesario quitar el sujetador a mi madre para el examen? Es que de verdad no lo entiendo, y lo de meterle la mano en el chocho tampoco lo entiendo”, por lo que Rigobertín contestó, “totalmente necesario, tengo que tocarle las tetas por si la encuentro alguna cosa, y además lo del chocho es esencial ya que se lo acabamos de curar y hay que probarlo un poco haber si está bien”, entonces Rigobertín se empezó a quitar la ropa y esto ya si que resultaba raro a los dos chiquillos, y Luna le dijo por lo bajo a Kasimiro, “oye Kasimiro que yo creo que le quiere hacer el coito”, y Kasimiro extrañado la dijo, “ya lo veo ya”, y Luna le contestó, “¿y no vas a hacer nada?, y Kasimiro se quedó pensando y respondió, “hombre, pues no sé, es que puede que tenga razón con lo de probar el chocho”, pero cuando el doctor ya se iba a sacar el pene le dijo a Kasimiro, “no te preocupes que esto es normal”, y Kasimiro por un momento se acordó de esa voz y gritó, “¡Ribogertín!, o Gastín o quien quiera que seas, ¡tú no eres médico!, y Rigobertín le contestó, “me has pillado, soy yo, pero ya es tarde”, y Rigobertín metió la mano en el chocho de la madre de Kasimiro y tiró, Luna y Kasimiro empezaron a gritar, la madre de Kasimiro despertó del dolor y los gritos, mientras Rigobertín echaba la cerradura de la puerta, aquello era una locura, se lleno todo de sangre, salía a chorros y la habitación se empezó a poner de color rojo, Kasimiro se acercó a su madre y la dijo que la quería, y ella le contesto que también y murió. Kasimiro se puso a llorar, pero no tanto como cuando el buterfree de ash se tuvo que ir. Luna estaba sentada en el sillón sin saber qué hacer y Rigobertín se la acercó y la enganchó por detrás, y la dijo “como te muevas tomaré tu chocho”, y ella se quedó quieta, pero Kasimiro le dijo “suéltala ahora mismo o te mato”, Rigobertín se empezó a reír y le dijo, “de verdad Kasimiro, te he engañado como he querido, no existe ese tal Gastín, soy yo, yo hizo todo, yo revente a las chavalas, yo entre en casa de tu mama para hacerla daño, ahora he conseguido matarla, y he vencido al Alto Mando, no como tú”, entonces Kasimiro le miró y pensó, “joder yo no he vencido al Alto Mando todavía, y encima es verdad que me ha engañado”. De repente la puerta comenzó a sonar, era la policía, se ve que con los gritos se encargaron de avisarla. Kasimiro dijo, “Rigobertín quita la mano de ese chocho que no es tuyo”, pero Rigobertín dijo que no. De repente sonó el cristal de la ventana, y lo atravesaron cinco chicos, eran los amigos de Kasimiro, cayeron todos sobre Luna y Rigobertín, Luna se separó de este y se pegó a Kasimiro, ¿Pero como entraron por la ventana?, uno de los amigos de Kasimiro dijo, “Gracias pidgeot”, y ya lo entendieron todos. Los amigos de Kasimiro rodearon a Rigobertín y le dijeron, “te has pasado con nuestro amigo, además los chochos de esta ciudad son nuestros”, asique con su DS en la mano todos se abalanzaron sobre Rigobertín y le empezaron a morder, Rigobertín no podía hacer nada y dijo, “¡Kasimiro te acordarás de mí!”, y Luna respondió, “Y tú de mi chocho”. Los chicos ataron a Rigobertín y abrieron la puerta a la policía, la cual entró y se montó una buena.
La policía se llevo a Kasimiro, y a Rigobertín, Kasimiro les explico todo, y a la policía todo le pareció creíble pero tenían que comprobarlo, asique entraron en casa de Rigobertín y vieron un montón de chochos por ahí, lo encerraron para toda la vida en la cárcel, y Kasimiro fue liberado.

Capítulo 7: El tan esperado encuentro

Luna llegó al hospital, dijo que era la sobrina de la madre de Kasimiro, y entró en la habitación 123, la mama de Kasimiro estaba estable, pero sedada, no había peligro alguno de muerte. Por otro lado la operación de la cara de Rigobertín ya estaba terminada, y Rigobertín ya estaba despierto, descansando en la cama. En la casa de Luna se encontraba Kasimiro, jugando a la DS, esperando a que Rigobertín le llamase por teléfono. Podía ocurrir cualquier cosa. Todos estaban vestidos.
Sonó el teléfono de Kasimiro, no era una llamada, si no un mensaje, Kasimiro se enfado porque estaba en medio de un combate pero apartó la DS y lo leyó, en el mensaje ponía:
“Hola Kasimiro, soy Rigobertín, te mando un mensaje porque no tengo saldo en el móvil para llamarte, perdóname, por cierto, yo que tu iría al hospital porque tu madre está en peligro. Un beso muy grande”.
Rigobertín terminó el combate, guardó la partida y llamo al teléfono a Luna para decirla que tuviese cuidado y vigilase bien a su madre porque Rigobertín le había mandado un mensaje, y Luna le dijo que sí, que estaban en la habitación 123, y que no se preocupase. Kasimiro salió pitando al hospital, de camino al mismo pensó que tenía que tener cuidado y que no le reconociesen asique se puso una peluca que tenía guardada en la guantera del coche, al soltar las manos del volante se salió de la carretera pero no pasó nada, solo fue el susto. Kasimiro siguió de camino al hospital y por fin llegó, sin que nadie se diese cuenta consiguió llegar al ascensor, y subir a la primera planta, y finalmente llegó a la habitación, entró y allí estaba Luna con su madre. Al entrar lo primero que hizo fue decirle a Luna que muchas gracias por todo lo que había hecho, y a su madre la dio un besito, en la cara. Estuvieron hablando un rato de sus cosas y del mensaje que recibió y demás.
A la media hora, sonó la puerta, y entró un médico, ¡Rigobertín!, el cual se había puesto una bata de médico para entrar sin sospechas, pero ellos no sabían que era él por el cambio de rostro, y Rigobertín les dijo que había venido para revisar a la madre de Kasimiro, y Kasimiro y Luna por supuesto no pusieron ninguna pega, aunque Luna estaba un poco extrañada porque el doctor no paraba de mirarla las tetas y el chocho, pero tampoco le dio importancia. Kasimiro estaba un poco molesto por eso.

viernes, 28 de enero de 2011

Capítulo 6: Rigogastín

“Yo soy un tío cojonudo, Kasimiro es un imbécil, he conseguido engañarle y se ha creído todo lo que le he dicho, incluso se ha creído que existe ese tal Gastín, que chico mas imbécil de verdad, ahora tendré que hacerme pasar por el tal Gastín para hacer la gracia pero para eso me tengo que cambiar la cara, aunque no creo que me sea difícil, si conseguí sacarle de la tumba gracias a mi super fuerza y trabajo, si conseguí reventar a su mama, aunque no pude matarla, que es algo que se me ha quedado pendiente, y además, si conseguí que se creyese que existía un tío llamado Gastín, no creo que me sea difícil encontrar una buena solución para cambiarme la cara y liarla, que me hace mucha gracia”.
Rigobertín se dirigió hacia un lago perdido a unos tantos kilómetros de la ciudad, un lugar bonito y a la vez siniestro. Rigobertín se puso en la orilla del lago y dijo, “madre mía esto me parece una puta locura, con lo fácil que sería ir a que me operasen la cara y listo, así ya nadie me reconoce, pero bueno creo que esta idea también puede ser buena para liarla por ahí, y mucho mas graciosa”, entonces Rigobertín metió la cara en el lago, y de repente las pirañas llegaron a por ella, le desfiguraron la cara, todo eso empezó a sangrar a lo bestia, el agua estaba llena de sangre y Rigobertín lleno de dolor sacó la cabeza y se reía y se reñía y gritaba, “¡Dios cuánta sangre, me estoy volviendo loco, esto es sueño!”, entonces rápidamente con la cara deformada y sangrando se dirigió al hospital, curiosamente al mismo donde estaba la madre de Kasimiro, Rigobertín lo tenía todo pensado, y allí comenzó su operación.
En la casa de Luna se encontraban Kasimiro y ella, con la ropa puesta, y Kasimiro le encomendó a Luna una tarea, la dijo que fuera al hospital a cuidar a su madre, y vigilarla a ver como estaba, y Luna por supuesto dijo que sí. Luna se fue de la casa en el coche de sus pasas dirección al hospital. Kasimiro se quedó pensativo en la casa esperando a que el teléfono sonase con una llamada de Rigobertín, pero Rigobertín estaba en medio de una operación, asique Kasimiro al no saber dónde ir se quedó jugando a la DS, pero al pokemon platino porque no podía ir a comprarse el negro y el blanco por que le iban a reconocer. Se encontraba muy enfadado.

jueves, 27 de enero de 2011

Capítulo 5: La incógnita Rigobertiniana

En el pueblo Luna se había despertado, había leído la nota, se había echado a llorar muy apenada por la marcha de Kasimiro, pensó en irse a por él, pero rápidamente rectificó, se dio cuenta de que no era el momento de salir tras él, había que esperar a ver lo que ocurría, o si Kasimiro llamaba, o cualquier cosa. Luna estaba tan triste porque desde que murieron sus papas ella ha estado sola, y justo ahora que conocía a Kasimiro era en estas condiciones, pero Luna por dentro confiaba en la suerte.
En aquel callejón las cosas se sucedían de otra manera, Rigobertín y Kasimiro comenzaron una discusión:
“¿Por qué le has hecho eso a mi madre?”, preguntó Kasimiro.
“Yo no he hecho nada a tu madre, ni siquiera se quién es”, respondió Rigobertín
“! Como que no!, la reventaste su movida y después me llamaste por teléfono”, añadió Kasimiro
“¿De qué me estás hablando Kasimiro?”, preguntaba extrañado Rigobertín

Parecía que Rigobertín decía la verdad y Kasimiro no entendía nada, se empezó a poner nervioso y dijo, “!pero bueno, que coño me estas contando!, tú me sacaste del ataúd, me metiste un papel en el bolsillo con tu nombre, reventaste a las chicas de mi ciudad y me dejaste tirado en este callejón,  además entraste a mi casa, se la liaste a mi madre y me llamaste por teléfono, y ¿ahora me dices que no has hecho nada?”, Kasimiro ya estaba muy enfadado, casi tanto como cuando Lance le eliminó de la liga Pokemon con su Dragonite.
“Pues sí Kasimiro, yo no he hecho nada de eso, ni te saqué, ni le he hecho nada a tu madre ni he matado a nadie, eso sí, el rastro de chochos de las chiquillas de tu ciudad, eso sí, eso sí fui yo, pero no he matado a ninguna”, le decía Rigobertín de manera muy convincente.
Pasaron unos cinco minutos de silencio cuando Rigobertín se dirigió a Kasimiro y le dijo, “Kasimiro, yo sé quien ha hecho todo eso, es un tipo llamado Gengar”, y Kasimiro le miró y le dijo, “¿Qué pasa que ya estas inventándote nombrecitos o que pasa?”, y Rigobertín respondió, “sí, en realidad se llama Gastín”. Kasimiro ya no entendía absolutamente nada, vaya lío tenía en la cabeza. Sin dar explicaciones a Rigobertín le tiró un papelito con el número de su móvil y le dijo, “Rigobertín, llámame”. Kasimiro se marchó.
Kasimiro cogió el coche rápido al pueblo de Luna, llegó, se cayó al suelo al bajar del coche, se hizo una herida en la frente, pero rápido se dirigió a la puerta de Luna, llamó, Luna abrió la puerta en sujetador y bragas y dijo, “Kasimiro, dios mío, que ilusión, has vuelto, perdóname por salir así a abrir, es que me has pillado haciendo la comida”, y Kasimiro respondió, “no te preocupes, ha sido culpa mía por venir sin avisar”, y Luna le añadió, “pero oye, ¿qué te ha pasado en la frente? ¿y que ha pasado con tu madre?”, y Kasimiro respondió, “lo de la frente ha sido porque me he tropezado con un geodude al salir del coche, y lo de mi madre ahora te contaré”.
Estaban los dos con la ropa puesta sentados en el sofá y Kasimiro le contó toda la historia a Luna, la cual se quedó sorprendida de que Kasimiro se hubiese conocido con Rigobertín, y de que Rigobertín no sea el de los asesinatos. Luna y Kasimiro se pusieron a descansar un poco.

Capítulo 4: La vuelta de Kasimiro

"No puedo creer lo que me esta pasando, han pasado dos semanas desde que estoy aquí con Luna, y soy feliz, soy feliz porque se porta muy bien conmigo y lo pasamos muy bien juntos, además, en todo este tiempo no he pensado en tropezarme delante de ella ningún día, y eso tiene que ser por algo. No se como estará mi madre, pero seguro que lo está pasando mal, y ese tal Rigobertín, que estará haciendo, ¿será él el de los asesinatos?, tendré que hablar con Luna un poco más sobre él, pero lo mas raro de todo es lo de la nota de mi bolsillo, ponía "Rigobertín", tuvo que ser él quién lo escribió, nose. Mi madre cuando me encontró en el callejón me contó que había visto chochos tirados por el suelo, y que por eso se cercioró de que yo estaba por allí, pero yo me desperté directamente en el callejón, asique tuvo que ser otra persona, ojalá se solucione todo pronto"

Kasimiro y Luna llevaban dos semanas juntos en la casa, salían a dar algún paseo por el pueblo vacío y estaban muy contentos los dos. Se llevaban muy bien.

Kasimiro y Luna se encontraban en el salón, era de noche, hacía mucho frío y estaban los dos tiraditos en el sofá viendo la televisión, entonces Kasimiro la preguntó, "oye Luna ¿me puedes contar alguna cosa sobre Rigobertín?, ¿a ti nunca te intento hacer nada?", entonces Luna le miró y le contestó, "mira Kasimiro, ese tal Rigobertín le hacía la vida imposible a la gente del pueblo, y conmigo también lo intento, incluso llegó a entrar en casa, y cuando estaba apunto de tocarme el chocho le di una patada en la cara, y me fui por ahí, desde ese momento me la tiene jurada pero no ha vuelto a por mí, de todos modos no sabe donde estoy porque yo antes vivía dos calles mas abajo, asique yo creo que no sabe donde estoy ahora, de todos modos es un chico peligroso, pero no es como tú, tu eres una buena persona, él no, tu no matas a nade y el sí", Kasimiro la miró y la dijo, "tu eres una persona muy especial para mí", y Luna se apoyo en su pecho y se echaron a dormir.

En la madrugada Kasimiro se despertó, apartó a Luna un poco y la dejo apoyada en e sofá bien tapada con una manta, la miró las tetas, dijo "ufff", y se fue hacia el baño. Una vez allí se miró al espejo y dijo, "Luna me ha cambiado el aspecto, pero no se si será suficiente, no soy un ditto para transformarme en otra persona, no se si es buena idea ir así a casa, además la gente me reconocerá, alomejor debería ir a la policía", en ese momento sonó el móvil de Kasimiro, Kasimiro contestó:

-¿Sí?
-Hola Kasimiro
-¿Quien eres?
-Soy el que te sacó de aquel maravilloso ataúd
-!Dime quien eres ahora mismo!
-Jaja, no deberías esconderte en casa de Luna mas tiempo...
-¿Como?,¿Como sabes donde estoy?
-Es fácil, bueno te dejo, y te recomiendo que vuelvas a tu casa cuanto antes....
-No no me cuelgues
-.........

Se colgó el teléfono, Kasimiro ya si que no entendía nada, dejo una nota escrita en un papel al lado de Luna y se fué. En la nota ponía:

"Luna, he tenido que irme, te prometo que nos volveremos a ver, pero no puedo estar mas tiempo aquí, he marchado a casa, recibí una llamada rara, protégete, y no abras la puerta a nadie"

Kasimiro salió de la casa escopetado, rompió la ventanilla de un coche, hizo un puente, y tomo rumbo a su casa. Llegó antes del amanecer, y sin hacer mucho ruido Kasimiro abrió la puerta de su casa, y nada mas abrirla se encontró a su madre en el suelo, sangrando por el chocho, Kasimiro la abrazo, y la dijo que la quería, y su madre le dijo, "Hijo has vuelto", Kasimiro respondió, "Sí mama, no te preocupes que estoy aquí". La madre de Kasimiro le pidió a su hijo que le acercase el teléfono y ella misma llamó a una ambulancia. "Kasimiro hijo, va a venir la ambulancia, tienes que esconderte, además, todo el mundo te esta buscando", Kasimiro la respondió, "Da igual mama, yo me quedo contigo, dime quien te ha hecho esto", y su madre le miró y le dijo, "No lo sé, no le conocía, entró en casa y me desgarró, después me dijo que te llamaría por telefono". Kasimiro se enfadó, salió pitando de su casa al oír a la ambulancia, se subió en el coche y se dirigió hacia aquel callejón, todavía no era de día. Kasimiro llegó a aquella callejuela y vió una sombra, se acercó y se encontró con un chico de su misma edad, que se le quedó mirando fijamente y le dijo, "Hola Kasimiro, ¿como estás?", Kasimiro respondió, "¿Tu eres Rigobertín verdad?", el chico comenzó a reir y contestó, "No, no soy Rigobertín, mi nombre es Zapdos", Kasimiro se quedó impresionado y dijo, ¿Zapdos?, y el chico le miró y le dijo, "No coño, es una broma, claro que soy Rigobertín", entonces Kasimiro se guardó la ultraball.

miércoles, 26 de enero de 2011

Capítulo 3: La huida de Kasimiro

“Me encuentro mal, no sé que puedo hacer, me persiguen, yo no he hecho nada, no entiendo porque relacionan el asesinato conmigo, yo no las mato, la hemorragia siempre suele parar, no entiendo que piensen así de mí, no puedo vivir de esta forma, ahora que voy a hacer dios mío, no puedo volver a casa, mi madre se va a quedar sola, la van a preguntar, a interrogar, hay cosas que no entiendo, como por ejemplo…. ¿Quién me sacó del ataúd?, yo no tengo ni idea, la gente se pensará que escape yo solo, lo último que recuerdo es que clavaba las uñas pero no podía abrirlo, y después ya me desperté tirado en aquel callejón, no sé quién pudo hacer eso, ni siquiera sé cómo me oyeron desde fuera, es algo imposible, no logro entender nada dios mío, ¿a dónde voy?, no lo sé, tendré que disfrazarme digo yo, y como voy a ir solo por ahí, no sé que puedo hacer, me voy lejos….”

Kasimiro se alejó de su casa, llegó a otro pueblo, un pueblo pequeño, donde pensaba estar hasta llegase el momento de volver a casa, si llegaba, cuando entró en aquel pueblo Kasimiro no vió a nadie, pero se quedó anonadado con una pequeña casa que parecía de juguete a la que llamó, pero nadie contestaba, pero Kasimiro oía ruidos dentro y siguió llamando, de repente la puerta se abrió y una chica de no más de 16 años pegó a Kasimiro un golpe con una cacerola, y Kasimiro cayó desmallado.

A las dos horas Kasimiro despertó tumbado en una cama atado de brazos y piernas mientras esta chica le miraba. Kasimiro al verla detenidamente se quedó prendado de los encantos de la chica, y la dijo, “me has dado un cacerolazo perra”, y la chica respondió, “pues yo me llamo Luna”, y Kasimiro sorprendido de su respuesta la dijo, “Yo soy Kasimiro”, entonces la chica se apartó y pegó un grito y dijo, “¡Oh no! tu eres el de las noticias”, y la chica se tapó el chocho. Kasimiro se puso a llorar, y la chica se quedo pensativa y le dijo, “oye oye, ¿Por qué lloras?”, Kasimiro la dijo que él no había cometido el asesinato del cementerio, y que ni siquiera sabía cómo había salido de ese ataúd, y Luna le creyó a la primera. Los dos comenzaron a contarse cosas de la primera temporada de digimon.

Al rato Kasimiro la preguntó por el tema del pueblo, que lo había encontrado vacío, y Luna le explicó que la gente lo había abandonado porque un chico llamado Rigobertín se dedicaba a tropezarse delante de las chicas, y no solo eso, sino también delante de los chicos, entonces Kasimiro se quedo pensando y se metió la mano en el bolsillo, saco un papel en el que ponía Rigobertín, y Luna dijo, “pero bueno esto qué coño es” y Kasimiro la dijo que era un papel que se encontró en su bolsillo cuando despertó en aquel callejón, todo parecía muy extraño. Luna y Kasimiro pasaron muchos y muchos días juntos, se lo pasaban muy bien juntos y disfrutaban mucho, Luna le hizo un cambio de imagen a Kasimiro para que pareciese otra persona y poder volver a su ciudad, pero no ahora, sino cuando el considerase oportuno.

En la ciudad la policía seguía buscando a Kasimiro y su madre lloraba y lloraba porque pensaba que ya no iba a volver a ver a su hijo, incluso la madre de Kasimiro recogió su habitación y todos los chochos que él tenía y los guardo en unas cuantas bolsas de basura, la madre de Kasimiro ahora parecía otra persona, no salía de casa y se pasaba el día tocándose, esperando a que su hijo volviese algún día.

La madre de Kasimiro, Kasimiro y Luna y todo el mundo vieron como en los noticias seguían apareciendo asesinatos con el mismo modus operandi, y seguían inculpando a Kasimiro, cuando en realidad nadie sabía quien hacía eso, pero no era Kasimiro, sino Rigobertín, o eso creían Luna y Kasimiro.