sábado, 29 de enero de 2011

Capítulo 7: El tan esperado encuentro

Luna llegó al hospital, dijo que era la sobrina de la madre de Kasimiro, y entró en la habitación 123, la mama de Kasimiro estaba estable, pero sedada, no había peligro alguno de muerte. Por otro lado la operación de la cara de Rigobertín ya estaba terminada, y Rigobertín ya estaba despierto, descansando en la cama. En la casa de Luna se encontraba Kasimiro, jugando a la DS, esperando a que Rigobertín le llamase por teléfono. Podía ocurrir cualquier cosa. Todos estaban vestidos.
Sonó el teléfono de Kasimiro, no era una llamada, si no un mensaje, Kasimiro se enfado porque estaba en medio de un combate pero apartó la DS y lo leyó, en el mensaje ponía:
“Hola Kasimiro, soy Rigobertín, te mando un mensaje porque no tengo saldo en el móvil para llamarte, perdóname, por cierto, yo que tu iría al hospital porque tu madre está en peligro. Un beso muy grande”.
Rigobertín terminó el combate, guardó la partida y llamo al teléfono a Luna para decirla que tuviese cuidado y vigilase bien a su madre porque Rigobertín le había mandado un mensaje, y Luna le dijo que sí, que estaban en la habitación 123, y que no se preocupase. Kasimiro salió pitando al hospital, de camino al mismo pensó que tenía que tener cuidado y que no le reconociesen asique se puso una peluca que tenía guardada en la guantera del coche, al soltar las manos del volante se salió de la carretera pero no pasó nada, solo fue el susto. Kasimiro siguió de camino al hospital y por fin llegó, sin que nadie se diese cuenta consiguió llegar al ascensor, y subir a la primera planta, y finalmente llegó a la habitación, entró y allí estaba Luna con su madre. Al entrar lo primero que hizo fue decirle a Luna que muchas gracias por todo lo que había hecho, y a su madre la dio un besito, en la cara. Estuvieron hablando un rato de sus cosas y del mensaje que recibió y demás.
A la media hora, sonó la puerta, y entró un médico, ¡Rigobertín!, el cual se había puesto una bata de médico para entrar sin sospechas, pero ellos no sabían que era él por el cambio de rostro, y Rigobertín les dijo que había venido para revisar a la madre de Kasimiro, y Kasimiro y Luna por supuesto no pusieron ninguna pega, aunque Luna estaba un poco extrañada porque el doctor no paraba de mirarla las tetas y el chocho, pero tampoco le dio importancia. Kasimiro estaba un poco molesto por eso.

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